miércoles, 20 de febrero de 2019

UTILIZAMOS ADJETIVOS!

En cuanto la pesada y gran puerta se abre chirriando, cómo si acabara de despertar, voy a mirar por el pequeño y estrecho hueco. Da a una habitación cuadrada, mediana y oscura, en la que solo se encienden las luces cuando la limpian. No me dejan entrar ahí, es una ley de casa, más injusta que el resto. Hay una gran ventana, blanca y tapada por unas cortinas pesadas y antiguas. Hoy, tocaba limpieza y aproveché para entrar. En cuanto encendí las luces de la polvorienta lámpara vi un aparador en el que había una foto de un buey y un jarrón antiquísimo y carísimo, regalo de un importante rey. Cuando me acerqué para verlo mejor tropecé con la alfombra. Huy, casi tropiezo- Dije. Pero demasiado tarde. Ay - Dije cuando me choqué contra el antiguo aparador. El ruido hizo que mi madre subiera. ¡Hey, que haces aquí! - Dijo poniéndose roja, como lo hace siempre que se enfada. Me fui triste a mi cuarto. Jolín con lo guay qué ha sido entrar- Dije. Aún así la habitación me sigue pareciendo mágica. Por más que lo intente, no puedo evitarlo.

Claudia Pico

Logros e retos da UE