El Museo de Orsay es una sala de
exposiciones donde se exhiben obras de arte que datan del siglo XIX,
especialmente del impresionismo y que recibe más de 2 millones y medio de
visitantes al año.
El Museo de Orsay es una sala de
exposiciones localizada en la ciudad de París, donde se exhiben obras de arte
que datan del siglo XIX, especialmente del impresionismo -movimiento plástico
que tuvo lugar en el continente europeo en la segunda mitad del siglo XIX y que
se caracterizó por la impresión visual a través de la luz- y que recibe más de
2.500.000 visitantes cada año.
Instalado en la vieja estación de trenes
de París, la idea surgió en el año 1973 por parte de la Dirección de Museos de
Francia. Otrora, este predio formaba parte de los jardines de la Reina
Margarita de Valois -esposa rechazada de Enrique IV- construyéndose a su
fallecimiento en este sitio, majestuosos palacios como la Caserna de la
Caballería y el Palacio de Orsay.
Posteriormente este barrio fue
incendiado y en el año 1900 el Estado cedió los terrenos a la empresa de
ferrocarriles de Orleáns.
Constituyendo un enorme desafío, el
proyecto estuvo en manos de Emile Bernard, Lucien Magne y Victor Laloux y el 14
de julio de 1900 fue inaugurada tanto la Estación como el Hotel de Orsay,
funcionando en tal carácter hasta el año 1939 cuando la infraestructura resultó
pequeña.
Declarado monumento nacional en el año 1978, fue el sitio elegido por la Dirección de Museos de Francia que en aquellos tiempos se hallaba centrada en la búsqueda de un sitio donde alojar las colecciones de arte correspondientes a la segunda mitad del siglo XIX, inaugurándose el Museo finalmente el 1 de Diciembre de 1986.
Considerado como uno de los museos más
modernos, la estructura se organiza en 3 niveles y cuenta con 80 salas, salón
de actos, cafeterías, auditorios y restaurantes en una superficie que cubre
unos 188 mts de longitud por 75 mts. de anchura y 32 mts de altura.
POR PLANTAS
EN EL NIVEL 0
Alrededor del pasillo de las
esculturas y junto al Sena se puede contemplar la Escuela de Barbizon (las
famosas Espigadoras de Millet), las obras maestras de Courbet y las primeras de
Manet, Degas y Monet. En el lado de Lille está la corriente academicista de la
década entre 1850 y 1860 (como Ingres y Delacroix) y los simbolistas (Moreau,
Puvis o de Chavannes) y la sala dedicada a Tolouse-Lautrec.
EN EL NIVEL 2
En el lado del Sena se sitúan los
naturalistas, las escuelas extranjeras, las artes decorativas de la Tercera
República y el Art Noveau fracés, belga e italiano. En el lado opuesto la
pintura neo y postimpresionista (Van Gogh, Gaugin y Seurat) y los Nabis de 1900
(Sérusier o Vuillard). Las terrazas de las esculturas muestran obras maestras
de Rodin, Bourdelle o Maillol.
EL PABELLÓN AMONT Y EL ART
NOUVEAU
Desde el nivel 2 y accediendo por
una pasarela se pueden ver artes decorativas entre 1905 y 1914. En el nivel 3
de este pabellón está el Art Nouveau de Europa central, del Norte y
Escandinavia, con una pequeña exposición dedicada al
EN EL NIVEL 5
En este nivel se localizan sin
alguna duda la estrellas del museo, es la denominada Galería de los impresionistas, donde pueden verse todas las obras maestras de este movimiento
entre 1860 y 1900.
OBRAS
IMPRESCINDIBLES DEL MUSEO DE ORSAY DE PARÍS
Las diez obras que no te puedes
perder en el Musée d’Orsay de París son:
Las Puertas del Infierno de Rodin,
Los acuchilladores de Gustave Caillebotte,
Clase de danza de Edgar Degás,
Retrato del artista de Vincent van Gogh,
Femmes de Tahití de Paul Gauguin,
Olympia de Édouard Manet,
El Ángelus de Millet,
El baile del molino de la Galette de Auguste Renoir,
y las Nínfeas azules de Claude Monet.
Busca en esta visita el:
Ours blanc [Oso blanco]
Durante años, Pompon es uno de los
escultores-modelistas más apreciados de París, tallando el mármol para Auguste
Rodin y para Camille Claudel. Pero a partir de 1905, por reacción al
expresionismo de Rodin, Pompon abandona la figura humana, en beneficio de los
animales, que observa en el Jardín de las Plantas: El Oso blanco es
la obra más lograda de esta vena, y fue durante su presentación en el Salón de
Otoño, en 1922, que el artista obtuvo de modo tardío su primer éxito público,
con 67 años de edad.
Eliminando el accesorio y el detalle, abandona cualquier efecto realista, para
dedicarse a "la misma esencia del animal". Esta economía de recursos
proporciona a la obra una presencia que encuentra su verdadera fuerza en la
escala monumental. Lejos de la anécdota, revela la investigación de una
intemporalidad, de una permanencia: bajo las silenciosas apariencias de formas
llenas, el universo de la escultura lisa se convierte en lugar de eclosión de
una aspiración por la forma universal. "Conservo numerosos detalles
destinados a desaparecer, decía Pompon. Hago al animal casi con todos sus
artilugios. Y poco a poco, elimino...". A Colette le sorprendieron las
patas "espesas y mudas" de sus animales.
Las esculturas de Pompon se caracterizan por una aprehensión intuitiva, formas con contornos redondeados, un rechazo de la geometría, un afán por los materiales tradicionales. "Me gusta la escultura sin huecos ni sombras" decía, privilegiando las piedras claras, sin obstáculo para la colada de la luz en los volúmenes.
Rodin le había aprendido el control de los perfiles, para producir el movimiento que combina varios gestos y concentrar la potencia. Pompon entró de este modo en una tradición clásica de la escultura, que podemos seguir de Aristide Maillol a Constantin Brancusi. En el panorama de la escultura entre 1900 y 1914, supo encontrar una alternativa a desconstrucción cubista.
Este oso es la mascota del museo en la
página:
Podes imprimir e personalizar o teu oso polar:
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